En Septiembre. Simplifica, conecta, escucha, acoge, y cuídate.

En Septiembre empiezan muchas cosas.

Para quienes nos dedicamos a la infancia, empieza nuestro año. Para la infancia en general también. Pero obviamente todo lo que se inicia implica un cierre. Para los adultos las vacaciones escolares, y para los niños y niñas el hecho de sentirse cerca de nosotros, con total acceso o libertad.

El inicio de septiembre en la consulta se llena de nuevas llegadas, valoraciones, y también de nuevas familias que buscan asesorarse, sí sencillamente tener un espacio para conocer cómo acompañar a su peque en la gestión de lo que supone esta nueva etapa de entrada a la escuela o cambio de ciclo escolar. Y es que no sólo me dedico a la primera infancia, sino también a la infancia con un camino diverso en el aprendizaje, la comunicación y el lenguaje, infancia donde la gestión de emociones puede ser un tanto más complicada, y se necesita mucho apoyo ante los cambios.

¿Qué requiere de nuestra parte adulta?

Requiere de nuestra parte una gran organización, mucha planificación y agendarnos como prioridad en ella para cuidarnos. Porque si hay algo que tengo claro es que es nuestra resposabilidad con la infancia cuidarnos; como adultos que somos tenemos una gran labor de acoger y acompañar todo el movimiento emocional que supone el inicio escolar. Y cómo no el estrés que por nuestra parte aparece cuando sentimos que las cosas se descompensan: nuestro trabajo, nuestro hogar, nuestro espacio propio y un cambio en las demandas, expresiones y emociones de nuestro peque que puede vivirse de forma intensa.

No todos, pero muchos peques sí viven mal estas transiciones. Y con certeza te diré que hacer una adaptación real resulta más que complicado, no sólo para los peques y para las familias, sino para los profesionales que hacen lo que pueden para llegar a todo y a todos.

¿Qué pueden experimentar o vivenciar nuestr@s peques?

Es obvio que va a sentir la separación, sentir la duda ante aquello que va a suceder, sentir el reencuentro, y poder expresar todas esas sensaciones acumuladas. Y el temor a volverlas a experimentar. Por nuestra parte sentimos como necesario aligerar ese momento como para que no se vivan esas emociones de malestar, y es un malestar que acumulamos y vamos fraguando poco a poco. Así que he pensado compartirte algunas reflexiones y consejos que comparto en consulta con las familias, de forma general.

¿Qué te recomiendo?

Te comparto 10 recomendaciones para acoger estos momentos que puedes llegar a vivenciar en Septiembre.

1.Planifica y organiza bien vuestras rutinas. Es un mes para no tener sorpresas o imprevistos que desestabilicen demasiado. En Septiembre Simplifica.

2. Porteo, teta, brazos, presencia, espacio seguro al llegar a ti; no sólo a casa. Puede que tu peque no quiera jugar en el parque, y está bien, puede que no quiera subir al coche y separarse de tu cuerpo, puede que necesite estar contigo hasta la hora de dormir. Respira, paciencia y pide ayuda o toma turnos si os lo podéis repartir. A más temprana edad más necesidad de cuerpo de forma continuada.

3. Practicar el P.A.R.A.R: (Presencia. Amor. Respeto. Alegría. Repetición; te dejo un enlace al post y al video de IGTV donde hablo precisamente de este P.A.R.A.R).

Es un parar diferente, del otro, del detenerse es también necesario, porque stamos muy acostumbrados a HAcer y no parar, seguir y continuar, sin detenernos a mirarnos, abrazarnos, escuchar el cuerpo, o bien a través del juego, el lenguaje universal de los niños.

4. Empatiza. Con cómo nos sentiríamos ante la vivencia que atraviesan, y qué necesitaríamos, no lo que obtuvimos, sino lo que realmente necesitaríamos para poder transitarlo y recuerda que la vivencia de un peque no se transita en unos días, bueno, como adultos tampoco.

5. No juzgues su emoción y su vivencia.  Pueden estar enfadados, sentir malestar, estar nerviosos o con estrés, y ahí la necesidad de cuerpo de apego constante para cubrir el espacio de separación es normal. Permitamos sentir sin comparar con el amigo o el vecino.

6. Valida y pon en palabras aquello que crees que siente: te entiendo, me has echado de menos, lo sé… no es fácil. Dependiendo de la edad adaptaremos nuestras frases y lo que les comunicamos.

7. Revisa cómo te sientes, cómo vives tu la separación, cuida, cura, sana tus ausencias y tu sensación. Porque esas vivencias son tuyas y puede que tu peque las esté sintiendo de una forma distinta. Abocar nuestros Yo de la infancia no suele ser de mucha ayuda para representar y significar su Identidad y su vivencia.

8. Permite espacios de silencio, baja intensidad y revoluciones como lo hagáis normlamente y procura no abrumar con preguntas. (De esas que nos nacen con angustia sobretodo para sabér si ha llorado, ha jugado, ha hecho amigos…

9. Paciencia, porque la adaptación puede ser larga.

10. Respira hondo y llénate. De aquello que te haga feliz si es lo que necesitas, de lo que te aporte calma y bienestar. de lo que te cargue de pilas y de paz para afrontar estos días con la templanza y el amor suficiente para compartirlo sin drenarte.

Aunque te diré que todo esto puede que sientas que no puedes hacerlo todo o llegar a todo. No te exijas perfección. Si estás leyendo esto es porque te preocupa, sientes o deseas hacer lo mejor para tu peque y para ti. Recuerda que eres real, eres humana! Así que revisa siempre cómo te sientes. Busca la manera de llenarte de fuerza y energía. Porque para ofrecer confianza, para escuchar activamente y sin juicios, para ofrecer presencia con amor. Es necesario sentirse llena. Recuérdalo: agéndate para cuidarte.

Estos días andamos nutriendo de contenidos la Espacio dedicado a la Lactancia de Upalah. Puedes hacer clic en la imagen si quieres conocer de qué se trata. Además hemos abierto nuestro primer Grupo de Lactancia para afrontar este trimestre, que se inicia este 15 de septiembre, y durará todo un trimestre.