El vínculo no se va de vacaciones

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Guía para acompañar un cierre por vacaciones

ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. Cerrar etapas y todo lo que mueve.
2. Ante todo comunicación.
3. Emociones que se despiertan.
4. Cuidar el vínculo.
5. Cuidar de ti.
6. ¿De qué herramientas disponemos?
6.1. Anticipación.
6.2. Comprensión.
6.3. Resiliencia.
6.4. Confianza.
6.5. Límites.
7. ¿Y si lo hacemos diferente?
8. Te recuerdo que

1. Cerrar etapas y todo lo que mueve.

Sé que es agosto, y puede que ya te hayas ido de vacaciones, si es así sabes que cerrar procesos, irse de vacaciones cuando acompañas en tu labor terapéutica, es un tanto complicado. 

Aunque puede que seas de esos profesionales que viven las vacaciones con un cierre forzado, porque las familias se van de vacaciones, por muy consciente que seas que la labor que os ocupa igual que las necesidades por las que consultan no se van de vacaciones. Si es así, puede que este artículo te interesa. Y si lo lees, como familia, puede que te ayude conocer un poco más cuáles son los procesos que suceden en un cierre, un descanso o pausa de la labor terapéutica

2. Ante todo comunicación.

Cerrar etapas y procesos implica MUCHA COMUNICACIÓN.

Todo cierre, genera incertidumbre, tanto para quien activa el cierre como para quien lo recibe; y hace despertar muchas emociones en nosotr@s.

 Algunas más conscientes y presentes que otras, algunas con mayor posibilidad de sostener. Y eso depende mucho de cómo sean nuestras habilidades y capacidades para enfrentar el proceso  de la ausencia.

Es un proceso, que hecho desde el respeto, el diálogo es una herramienta fundamental.

Confianza, seguridad y sobre todo capacidad son los 3 principales ejes sobre los que construir.

3. Emociones que se despiertan.

Pero vamos primero sobre ¿qué sensaciones y emociones pueden nacer?

Desde el miedo, la sensación de insuficiencia, la falta de confianza en las propias habilidades, hasta la desconfianza, la sensación de abandono, el enfado o la indiferencia que surge cuando tratamos de evitar y tapar la emoción que realmente nos despierta.

¿Es algo que como Logopedas debemos intervenir? Personalmente, siento que es algo transversal, que hemos de ser conscientes de su existencia y todo lo que puede moverse en el Iceberg de la comunicación de toda persona, díada o familia. Y las habilidades con las que hayamos tejido el vínculo. El diálogo es fundamental, siendo conscientes de todo lo que se mueve, pero sin limitar nuestra decisión ante ello.

4. Cuidar el vínculo.

Te cuento que para mí cuidar del vínculo, es cuidar de todo lo que sucede en él, y en la ausencia. Y cuando digo cuidar no hablo de controlar, sino ser resilientes y entender que pueden haber muchos aspectos que se despierten, ya no sólo con nuestra ausencia. Manejar esas expectativas, lo hacemos con estructura y orden, principalmente interno. Aprender a sostenernos en el vacío y en la ausencia, para acompañar a hacerlo, de la misma forma que llevamos conversando en la UpaHLetter y los proyectos y programas que nacen en Upalah que si te dedicas a la primera infancia pueden serte muy útiles. Sostener la expectativa de lo que deseamos a lo que realmente sucede y cómo acompañarlo.

5. Cuidar de ti.

Otra de las cosas que nos suceden a quienes nos dedicamos con la pasión como bandera a lo que amamos, es justamente eso, una gran dificultad para desconectar quizás desde el cuerpo, quizás desde la mente y ausentarnos de ese rol que nos define también en lo personal. Descansar supone un periodo de inmersión en encontrar quienes somos cuando nos somos… (aquí tu profesión o el rol que estés tomando lejos de ti).

6. ¿De qué herramientas disponemos?

La anticipación, la conversación y unas buenas herramientas de cierre hacen que el proceso se viva mucho más amable. Y para ti, como profesional, te puede ayudar a crear con anticipación una buena estructura para el reencuentro, o espacios de seguimiento que determines. ¿Es algo que sueles tener en cuenta? 

Upalah. Espacio vivo. Pinterest

6.1. Anticipación.

La estructura y la organización es lo que más necesitan quienes acompañas. Más allá de la técnica, de saber sobre tu profesión, te hace profesional sobrellevar esa estructura a su vida. Sostener todo lo que se mueve con anticipación, te ayuda a enfocar y afinar más aún tus objetivos al acompañar. Anticipación tuya para una buena planificación, anticipación a la infancia que acompañas, y anticipación a la familia.

6.2. Comprensión.

Si te mueves con anticipación, podrás comprender todo lo que va naciendo poco a poco, y serán temas de los que podrás conversar, dudas que se generan ante ese espacio de tiempo, ante la ausencia o ante todo lo comentado anteriormente y que se mueve en nuestro inconsciente.

6.3. Resiliencia.

Cuando hablo de resiliencia me refiero a lo que nace de ella cuando se adquiere, poder liberar las dudas, las emociones, que tú como terapeuta las puedas sostener o tejer un plan para poder hacerlo. Pero sobre todo que entiendas que es parte del proceso y que ayuda fortalecer el vínculo.

6.4. Confianza.

Confía, en sus capacidades, en la labor que habéis llevado a cabo.

La confianza no es más que lo que surge cuando la anticipación sucede tal y como se espera. Así que generar confianza implica, además de cumplir, tener presente las posibles fugas y cambios. Ten un plan para ti y para quienes acompañas, detállalo y aférrate a él. Experimentar el aplicarlo es lo que genera que confíes, ¿lo ves?

6.5. Límites.

Hay algo que sucede, en eso que también me gusta contemplar, en la sombra o el inconsciente, hablo de los límites internos, estos van a ser tu gran apoyo. Límites que son la base del autoconocimiento, unos límites que cuidan de ti y del vínculo, porque es ahí donde se construyen, es a través del amor que ponemos en él, la única forma de conversar y llegar a dialogar y tener una resiliencia de la importancia de nuestro descanso, y de la importancia del descanso de las familias y la infancia, y si lo consideráis de la labor terapéutica. Si consideras que la labor terapéutica no debe irse de vacaciones, mi mejor recomendación es que te organices para ello.

Quienes amamos lo que hacemos, vivimos con ansiedad los momentos “de vacío”, desde el cómo estará, cómo irá tal o tal otra situación, hasta hacernos cábalas de todo lo que vamos a tener que invertir de tiempo y redirección de la labor terapéutica para lograr recuperar ese tiempo de vacío. Obvio que encontrarás de todo, y no por ello significa que la pausa o el descanso haya estado mal, puede que sus habilidades y capacidades hayan experimentado nuevas vías de expresión ante nuevas vivencias.

Para nosotras, las terapeutas también es necesario el descanso. Organizar las despedidas y las entradas en septiembre es necesario. Más allá de lo que estás pensando y que es más que lógico y obvio que te preocupe: la recuperación de ese vacío de ingresos en tu negocio y la obligatoriedad de seguir pagando facturas, más allá de todo lo que supone terapéuticamente en tu labor. Existen múltiples formas de abordar estos descansos. La primera de todas es tener claro la base que te sustenta, hacer un insight de tus ingresos, te ayuda a organizarte y vivir esos tiempos de vacío sin esa temida ansiedad.

7. ¿Y si lo hacemos diferente?

Nos pasamos tejiendo expectativas, pero ¿qué tal sería tejer realidades?

Ser consciente de tu realidad (ese insight de negocio), y de la realidad que habitan quienes acompañas (insight y supervisión), te da ventaja en armar un plan que sirva de estructura para sostener necesidades reales, y tejidas en el vínculo.

Conoces bien la diversidad que acompaña a quienes sostienes de hace tiempo, pero ¿cómo saben las nuevas llegadas o aquellas que te esperan, que pueden contar contigo y de qué manera? Comunica siempre en base a aquello que resuena con quién eres y con tu manera de acompañar. De todo esto conversamos en los espacios de acompañamiento al profesional.

Quien está tras estas líneas ha vivido muchos cierres, entre muchos de los cuales han necesitado sostén durante el momento de pausa o descanso. Puede que la principal recomendación de organización proceda de aquí, puedes vivir como una invasión el que te llamen en vacaciones, para eso es importante que tengas claro lo anteriormente comentado, otra es que su necesidad no es la que te invade sino tu falta de organización y tu resiliencia con tus propios límites. ¿Qué hacer ante las llamadas urgencias? Cuando algunas no lo son. Pues como vengo diciéndote. Anticiparte, comunicar e informar, antes de que esta posibilidad se vuelva un hecho.

¿Cómo?

Dar espacio con anticipación a revisar qué siente ante la idea de tu ausencia. Para determinar con consciencia y objetividad tu acompañamiento. Tener un plan de emergencias que se adapte a las circunstancias.

Conversar sobre cuáles son los recursos internos de los que ya dispone ante las situaciones que generan miedo o ansiedad. Cuáles son los otros recursos con los que puede contar: tus anotaciones, un informe, otros profesionales que suplan tu ausencia… en el caso de necesitarlo, tejer una red de ayuda dentro de la misma familia para abordar esas situaciones que pueden llegar a ser críticas, si la familia sabe cómo arropar, ayudar y acompañar, todo puede resultar más sencillo, ¿cómo hacerlo? pues con una reunión grupal y/o haciendo también reuniones individuales según el caso.

Como empresaria que además contemplar el hecho de reducir las entradas de ingresos, eres terapeuta que acompaña, lo que te recomiendo es que tejas desde ya procesos y sistemas que te ayuden a comprender el ciclo, la actividad y la vida de tu negocio. Y no, no estoy hablando de la posibilidad de que los pacientes entren en un determinando momento del trimestre. Hablo de algo que sostenga el engranaje de tu negocio para circular en todos los panoramas pensados y anticiparte con la observación para tomar decisiones.

8. Te recuerdo que

Esta es mi propuesta, no tomes mis palabras como única verdad, son sólo un camino, que puedes usar para seguir ampliando formas de seguirte descubriendo.

Además de pensar en quienes acompañas, piensa y revisa en ti ante qué es lo que puede estar activando su sensación/emoción/manifestación. ¿Es inseguridad en sus capacidades? ¿Quizás falta de confianza en sí mismo? ¿Puede que la confianza tenga la fuga en el vínculo? por ejemplo, cuando nos distanciamos un tiempo de un grupo de amistades, en el reencuentro tememos que las cosas no sean como acostumbran, que hayamos perdido conexión o cambiado en el lugar de prioridades de esa persona.

Programa los cierres dentro de ti y fuera también. 

Cuántas sesiones vas a emplear para conversar sobre él con la familia, cuántas sesiones vas a emplear para anticipar y acoger las sensaciones y emociones en la familia y el infante, cuánto tiempo te va a tomar enfocar un plan adecuado a las circunstancias para la despedida, pero sobre todo cómo, cuándo, y a través de qué actividad va a iniciarse de nuevo el vínculo ¿vas a llamar por teléfono? ¿vas a hacer una sesión pre-entrada para valorar de nuevo? ¿vas a introducirte directamente en el mismo proceso de sesiones que sosteníais si así lo consideras. Todo esto, es algo que debe ser conversado y en el mejor de los casos consensuado.

Y por último, plantéate si todas estas preguntas van a quedar únicamente en una respuesta verbal, si vas a entregar una hoja que les dé sostén a ese recorrido, o vas a programar mensajes en tu teléfono o de mail para acompañar el momento de vacío y proceso de reentrada.

¿Quieres toda esta información en formato pdf para poder guardarla y consultarla cuando te sea necesario? Haz clic aquí o en la imagen, y es tuya.

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Espero que toda esta información te haya sido útil.

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